Por Juan Tomás Valenzuela
Tan solo va una semana
y ya hay muchos extrañando
al que estuvieron echando
de encima de la patana.
La milicia pretoriana
del ungido Marco Aurelio,
ya tenía listo el cepelio
a Leonel Antonio Pío,
y este le ha dejado un lío
al fundar su propio imperio.
No renació al tercer día,
como lo hizo Jesucristo,
más tampoco habían previsto
que lo haria a los 7 días.
El desorden y anarquía
que generó su partida,
ya tiene medio morida
toda la organización,
la cual, ni con oración
podrá mantenerse unida.
Es en loca caravana,
como decía aquel bolero,
que el grupo de bandoleros
va tras el de Villa Juana.
Al enmendarle la plana
al prócer, líder y guía,
¿A quien se le ocurriría
que cuando esté truhán se fuera,
se iniciaría una carrera
en torno a su simpatia?
Hoy vemos a un PLD
destrozado sin remedio,
que se partió medio a medio
tan solo por mala fe.
Ninguno tiene con que
remendarlo para el 20.
Ni Danilo tiene gente
pá ganá en primera vuelta,
ni el leonelismo despierta
la simpatía suficiente.
Ya Reinaldo convencido
que el juego se le dió a menos,
quiere libar el veneno
que había inyectado el ungido.
Pero como es consabido
que el malo no pare “jembra”,
el PLD se desmiembra
sin mayor contemplación
y ahora añoran al León
pa’que retome la siembra.
Juan de los Palotes
27 octubre 2019